La realidad me lanza
una noticia. Puede
por ejemplo ser una
masacre, puede ser
la inflación, puede ser
un escándalo: imágenes
y la engolada voz
del locutor de turno.
Yo agarro mi cuaderno
y lápiz pero nunca
consigo traducirla
a poesía. Digo,
ese venablo existe
como absoluto, como
inapelable, como
algo que hay que esquivar.
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