¿Por qué seguir haciendo
poesía? Ella aduce
que es una sola y jura,
desde la lobreguez
y el silencio, que nada
ha sido descartado
aún del todo. Ronda
mis almenas el ángel
del infortunio. Mucho
es lo que se deshizo
y mucho lo que habrá
de perderse. No abrazo
ya casi a nadie. Muerte
llamo a esta pesadilla.
Todo se descompone.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario