Pasa una bici. Pasa
un bondi. Pasa un auto.
Sin descansar. La siesta
los empuja hacia el este.
Sólo la noche otorga
la anhelada quietud.
Quietud de los que escriben
luego de haber sufrido
el calvario a que obliga
la luz en las Ciudades.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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