Yo también, como vos,
reía. Ya no río.
La risa que me brota
sin pensarlo, enfermiza,
restalla contra todo
el mundo, que me incluye:
nihilismo barato.
El cariño no existe
como argumento... Escucho
un disparo. Una pausa
y volver a escribir.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario