Ya no tiene sentido
decir que escribo. Miren:
la maleza se esparce
sin dirección ni plan,
ávida solamente
del agua y de la tierra
que a veces faltan. No,
no escribo; solamente
prolifero sin rumbo
fijo, como los hongos.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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