Dejar hablar. Que todo
sea dicho. No importa
si delirios, sandeces,
el soberbio desdén
o la rabia. Que todo
tome forma de verbo
que la gente se tira
entre sí. Que la lucha
se haga aún más extensa.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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