Ningún verso devuelve
la mirada de nadie.
¿Cómo tratar entonces
de retratar tus ojos?
Pero vos te das cuenta:
estas líneas los nombran
como aquel trovador
que cantaba callando
las señas de su amada.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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