Aquí al menos hay paz:
no estallan los misiles
contra nuestras escuelas.
Pero el gobierno quiere
hacerse ahora el malo:
ciego para el dolor,
pretende hacerse socio
de los más fuertes, puja,
mequetrefe, por ser
parte de la patota.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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