Vengo de que me gruñan.
El amor es un fuelle
contra ninguna brasa.
Se esparcen las cenizas
de un tiempo que pasó
y después ya no queda
nada salvo el crepúsculo.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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