Un mundo ajeno al tuyo
abre la poesía.
Otra persona dice
sus cosas, diferentes
de lo que vos creés,
hija del crucifijo.
Porque hablás de memoria.
Porque te repetís.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario