Ningún Estado logra
eludir el Mercado,
que los provee de Armas
a las que al cabo apelan.
Los Estados son clientes
más o menos conspicuos
de esa Tienda Mortal.
Lo demás son pamplinas.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...
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