Abandonaste a amigos
indignos a su suerte.
Todo estaba viciado.
Hizo falta partir.
Nada de gimoteos
ni de vacilaciones.
Eso exige la vida:
tenés que decantarte.
Total, vos ya sabés
lo que es quedarse solo.
No se puede ser bueno. Tampoco malo. Todo es como si estuviera prefijado. La noche alumbra las cadenas que nos rigen. No hay nadie que...